Leonardo de Mello vive en Casa
Camaleón, una suerte de centro cultural under comunitario donde viven, trabajan
y/o se forman varios artistas, vinculados generalmente al teatro y las artes
escénicas, en las cercanías del Mercado del Puerto. Leonardo es el único hijo
varón del cantautor folclórico Juan José de Mello. Pero su obra ha ido por otros carriles.

Además de escritor (actividad en
la cual nos conocimos y de la cual adquirí la costumbre de llamarlo por su
apellido) ha incursionado en la danza (primero por el tango y luego el contact)
y en el teatro a través del bufón, uno de los productos “vedette” de Casa
Camaleón. También es editor de libros artesanales. En una de las fotos aparece
armando un ejemplar de su libro “Poemas a una gata”, poemario que consiste en
reescrituras de otros textos, mayormente de poesía anglosajona, tomando como
motivo central la muerte de su gata Kathy hace más de diez años. Leo es
fanático de los gatos. A veces en su entorno sospechamos que quiere convertirse
en uno.

Chiqui-Chiqui, una joven hembra
con algunos genes de siamesa (lo cual se nota en su bizquera), llegó a Casa
Camaleón más o menos en la misma época que Leo. Actualmente, Chiqui-Chiqui
comparte el espacio con Julieta, la gata de Milene Rouillier, actriz y ex
estudiante de nuestra licenciatura, con quien produje y actué en la radionovela
“La mejicaneada”, en los primeros años de Uniradio. Pero Julieta, bastante
arisca, no se deja fotografiar tan fácil. Al principio compartía el espacio con
un macho atigrado más o menos de su edad, Fellini, perteneciente a Diego, un escritor y actor que vivía en la Casa..Cuando Diego se fue de la casa Fellini se quedó, pero al llegar
la pubertad la carencia de gatas en celo disponibles lo llevó a los típicos problemas de micción inoportuna incompatibles con los hábitos sociales humanos. Luego de la habitual conversación entre los habitantes de la Casa, típica de los problemas con mascotas en hogares comunitarios, se lo envió a Rocha (Leo lo llevó personalmente), a vivir en un entorno agreste junto a una
pareja lesbiana que Leo conocía de los jams de contact.
El contact es una disciplina surgida en el seno de la danza contemporánea, pero utilizada también en la formación en otras artes escénicas, como ciertas escuelas de teatro. Al igual que otras
prácticas afines como la biodanza, busca la forma “natural” del movimiento. La
característica principal del contact es, por un lado, su carácter de
improvisación (“jam” es un término tomado del jazz y designa una ejecución
donde los músicos improvisan), y la premisa de hallarse permanentemente en contacto
con el cuerpo del otro. Los bailarines de contact responden al estímulo táctil
de su pareja, al igual que en cualquier danza de contacto, sólo que el estímulo
y respuesta se halla menos codificado que en las danzas de pareja tradicionales (por ejemplo en el tango, donde está
estipulado que la mano del hombre sobre el talle de la mujer guía todo el
trayecto de la dupla sobre la pista de baile, más allá de las transgresiones
que quieran hacerse), sino que se busca que sea lo más intuitivo y “natural”
posible.

Leo intentó dar en Casa Camaleón
un taller de lo que llamó “contact wild”, donde Chiqui-Chiqui iba a tomar parte
de las improvisaciones. Leo apunta, respaldado por la etología y las
observaciones de cualquiera que haya tenido contacto con un gato, que el
esquema sensorial de este animal está muy basado en el tacto, a diferencia del
perro, cuya piel es menos sensible y se guía más bien por sentidos más de
“distancia” como el olfato y el oído. Notoriamente, la corporalidad de Leo está
muy influida por la práctica del contact, y probablemente también por su larga
historia de amor hacia los felinos domésticos. Como animal cultural, Leo se
relaciona con Chiqui-Chiqui basándose en un conocimiento acumulado y conservado
por otros individuos de su especie, sobre las respuestas sensoriales de otros animales
y el manejo del propio cuerpo. Pero al verlo interactuar con Chiqui-Chiqui, a
veces tiene uno la sensación de hallarse frente a dos ejemplares de la misma
especie. Más precisamente, frente a dos gatos.

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